Una de las casas rurales donde nunca había hecho fotos de boda era en a Casa da Roxa, y porfin gracias a Adriana e Iván se hizo realidad.

El mundo de la fotografía es muy amplio pero a la vez muy pequeño y gracias a eso hizo que nos juntáramos los hijos de a Casa da Roxa, el hermano de la novia, Juan, y un servidor.

Gracias al mundo de la fotografía nos unió para que todo saliera perfecto para llevar a cabo esta maravillosa boda de Adriana e Iván, que no dudaron en contactar conmigo para ser el encargado de contar su historia.

Y que debido a la Pandemia actual fue una boda que se tuvo que ir aplazando hasta que las condiciones fueran las óptimas para poder llevarla a cabo.

Todo empezó desde Lugo donde vive Iván, un chico apasionado de la aviación, hasta A Mariña, concretamente Mañente, donde vive Adriana, la novia.

Una pareja que lo tenía todo claro desde el minuto 1 y que gracias a eso, hace que todo salga sobre ruedas y que «los planes (como dice una frase de una serie): «salgan bien».

Primero nos dirigimos a la Basílica de San Martiño donde se llevaría a cabo una ceremonia religiosa en un entorno lleno de historia y cómo no aprovechamos para hacer unas fotos.

Otra cosa que los novios tenían claro era la siguiente parada y eso era en la playa de Altar ya que como estamos en zona de costa que menos que ir a a playa.

Una vez terminada esa mini sesión ya pusimos rumbo hacia dónde se celebraría el resto del evento en a Casa da Roxa y que si queréis ver lo que pasó no podéis perderos las fotos en mi galería.